Madrid se convierte en el nuevo epicentro del lujo para fortunas globales

Madrid emerge como el destino de moda para las élites internacionales, especialmente las fortunas latinoamericanas que buscan refugio ante la inestabilidad en sus países. La capital española ofrece un cóctel irresistible: seguridad jurídica, beneficios fiscales (como la exención del impuesto al patrimonio) y la recién estrenada “ley Mbappé” que atrae a no residentes con jugosas deducciones.

El mercado inmobiliario premium vive su edad dorada. Agentes como Martha Lucía Pereira, especializada en ventas “off-market”, cierran operaciones millonarias en horas, muchas veces mediante videollamadas. Propiedades en zonas como Salamanca o los Jerónimos alcanzan los 20.000€/m² tras reformas, con compradores que ni siquiera visitan los inmuebles.

La transformación urbana es palpable. El “triángulo del lujo” formado por los hoteles Four Seasons, Mandarin Oriental y Rosewood ha redefinido el paisaje urbano, atrayendo a un público global que antes solo miraba a París o Londres. Restaurantes como Coque, con menús degustación de 1.500€, registran récords de consumo, mientras clínicas estéticas atienden a una clientela acostumbrada a procedimientos desde la adolescencia.

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Sin embargo, el boom plantea interrogantes. Algunos proyectos gastronómicos fracasan estrepitosamente y expertos advierten sobre posibles burbujas. Alejandro Bernabé, director del Four Seasons Madrid, señala contradicciones: “Tenemos tarifas más bajas que otras capitales europeas, pero aún debemos mejorar aspectos básicos como la limpieza urbana”.

Con más de 15.000 estudiantes latinoamericanos en sus universidades y un 17% de nuevos residentes adinerados en Salamanca, Madrid consolida su posición como “la ciudad pequeña más grande del mundo” – un refugio de lujo donde expresidentes pasan desapercibidos y magnates invierten sin llamar la atención.

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