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Internacional

Trump ofrece mil dólares a migrantes para que se autodeporten como acto patriótico

Una oferta “generosa” del gobierno convierte la expulsión en un negocio surrealista con billete de ida.

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WASHINGTON — En un giro digno de un reality show distópico, el gobierno del autoproclamado genio de los tratos, Donald Trump, ha decidido que la mejor forma de resolver el “problema migratorio” es convertir la deportación en una ganga con descuento. Sí, queridos indocumentados: por el módico precio de su dignidad y 1.000 dólares (sujetos a impuestos), pueden autoexpulsarse voluntariamente antes de que los agentes de ICE lo hagan por ustedes. ¡Oferta limitada! Actúen ahora y recibirán un folleto titulado “Cómo amar a Estados Unidos desde lejos”.

El Departamento de Seguridad Nacional (DHS), en un comunicado que oscila entre el manual de autoayuda y el anuncio de rebajas, promete que quienes usen la aplicación CBP Home (antes conocida como CBP One bajo el gobierno de Biden) dejarán de ser “prioridad” para la deportación. Traducción: pueden evitar ser arrastrados a un centro de detención si se van corriendo antes de que los alcancen. Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional y posible protagonista de un futuro episodio de Black Mirror, lo resume así: “Es como un Uber, pero hacia el desamparo. ¡Y con premio!”.

La autodeportación, o cómo vender humo político

Trump, quien jamás ha visto una política migratoria que no pueda convertir en espectáculo, insiste en que esto es “lo más patriótico”. Según él, los migrantes que acepten el soborno —perdón, el “estipendio de reintegración”— podrán volver algún día… siempre y cuando demuestren que “aman a nuestro país” lo suficiente como para haberlo abandonado cuando se les ordenó. La ironía, como siempre, brilla por su ausencia: el mismo hombre que construyó su fortuna explotando mano de obra inmigrante ahora les paga para que se marchen.

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Mientras tanto, los tribunales de inmigración —esos lugares que el gobierno trata como sugerencias— siguen emitiendo órdenes de deportación que, sorpresa, no desaparecen mágicamente porque alguien se suba a un avión por voluntad propia. Aaron Reichlen-Melnick, del American Immigration Council, lo advierte: “Esto es como firmar tu propia sentencia y encima pagar por el privilegio”. Pero ¿quién necesita derechos legales cuando tienes 1.000 dólares y una promesa de Trump?

La app que lo cambia todo (excepto la hipocresía)

La joya de la corona es la aplicación CBP Home, rebautizada con la sutileza de un bulldozer. Lo que antes servía para gestionar solicitudes humanitarias ahora es una “plataforma de autodespido”. ¿Problema? Según Mark Krikorian, del Center for Immigration Studies, “no hay forma de saber si alguien se queda en su país o da la vuelta en el aeropuerto”. Imaginen el escenario: un migrante recibe el dinero, vuela a Honduras, compra un café, y toma el próximo vuelo de regreso. ¿Solución? Trump sugiere un “acuerdo de honor”… el mismo principio que aplica a sus declaraciones de impuestos.

El fracaso histórico de comprar personas

Por si alguien lo duda, esta “innovación” no es nueva. En 2011, un estudio reveló que 128 países habían probado esquemas similares, con resultados entre “ineficaces” y “ridículos”. Alemania intentó repatriar bosnios en los 90, pero la mayoría regresó. ¿La lección? Los migrantes no son muebles que se devuelven con reembolso. Aunque, claro, cuando has reducido a seres humanos a “números que no alcanzamos” (palabras del DHS), cualquier idea parece brillante.

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Mientras el Congreso debate aumentar el presupuesto de ICE —esa máquina de gastar 17.121 dólares por deportación—, el gobierno republicano prefiere el “ahorro” de comprar billetes de ida. Eso sí, sin garantía de que no sean de vuelta. Porque en el gran circo de la política migratoria estadounidense, el absurdo siempre gana. Y si no, siempre queda consolarse con esos 1.000 dólares… que, por cierto, no cubren el trauma.

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