Georgina Rodríguez cumple su sueño en la Met Gala entre elogios y críticas

Foto: El Universal.

El primer lunes de mayo no es una fecha cualquiera en el calendario de la alta costura. La Met Gala, ese espectáculo de creatividad y glamour que se celebra en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, volvió a reunir a las figuras más influyentes del mundo de la moda en 2025. Entre ellas, destacó el debut de Georgina Rodríguez, quien pisó por primera vez la icónica alfombra azul con la emoción de quien cumple un sueño largamente acariciado.

Desde mis años cubriendo eventos de moda, he aprendido que la Met Gala no es solo una pasarela, sino un termómetro de tendencias y audacias. Este año, bajo el lema “Superfine: Tailoring Black Style”, se rindió homenaje a la sastrería como arte cultural. Sin embargo, el vestido negro lencero de Vetements que eligió Georgina —con su escote de encaje y apertura lateral— generó división de opiniones. Recuerdo cómo en ediciones pasadas, looks similares han desatado debates: lo que para algunos es osadía, para otros es falta de coherencia temática.

Las críticas en redes sociales no se hicieron esperar. “Fuera de lugar”, decían algunos, comparando su propuesta con la extravagancia colorida que caracterizaba a los dandis negros. Pero en este negocio, he visto que la polémica suele ser tan efímera como los flashes. Lo relevante es que Georgina, con esa elegancia innata que la define, logró brillar en su noche soñada. Sus palabras lo confirmaban: “Siempre esperaba despierta en España para ver los vestidos”, confesó a los medios.

Detrás de cada aparición en la Met Gala hay una historia personal. Georgina viajó con sus hijos, mientras Cristiano Ronaldo —su pareja— priorizó sus compromisos deportivos. Esa dicotomía entre vida familiar y profesional es algo que he observado repetidamente en este entorno. Lo que queda claro es que, más allá de las opiniones, su presencia marcó un hito en su carrera como influencer de moda.

Al final, como suele ocurrir en este universo subjetivo, el tiempo pondrá en perspectiva su elección. Por ahora, su nombre ya está escrito en la historia de la gala más exclusiva del mundo.