Tabasco vive una crisis multifacética bajo el gobierno de Javier May

Villahermosa, Tabasco — El gobierno de Javier May enfrenta una crisis sistémica en sus primeros siete meses: inseguridad récord, colapso energético, desabasto médico y protestas estudiantiles. Los datos son contundentes: 710 homicidios dolosos (el doble que el periodo anterior), apagones recurrentes y un sistema de salud con 30% de desabasto.

La capital pasó del lugar 13 al 1 en percepción de inseguridad nacional, superando incluso a Culiacán. “Es caos total. Ni la Guardia Nacional logra contener la violencia”, denuncia Dolores Gutiérrez, exaliada de Morena. Mientras, Pemex acumula deudas con proveedores locales y la refinería Dos Bocas —con sobrecostos del 160%— sigue inoperante, sumando desastres ecológicos como el reciente derrame en playas tabasqueñas.

El sector energético evidencia la negligencia: 123 fallas en la red eléctrica en tres meses, según la CFE. En salud, el IMSS subejerció 1,875 millones de pesos en 2024, mientras el presupuesto 2025 se redujo en 41%. “Es un gobierno de improvisación”, acusa el diputado priista Erubiel Lorenzo, testigo de la represión a estudiantes en Balancán.

Las protestas juveniles destapan más escándalos: nepotismo, acoso sexual y abusos de poder en instituciones educativas. “Nos vendieron la Cuarta Transformación y solo recibimos decepción”, declaró Gonzalo Palacios al renunciar a Morena. Mientras, May insiste en minimizar los problemas: “Cerramos con 90% de inseguridad… ¡antes era 95%!”, celebró, ignorando el descontento social.

La administración morenista, lejos de cumplir promesas, profundiza las crisis heredadas. Con un gobernador sin formación académica y acusaciones de nepotismo —su secretario es hermano de AMLO—, Tabasco se consolida como caso de estudio de mal gobierno en la era 4T.