Confirman primer caso de gusano barrenador en perro de Mérida

MÉRIDA, Yucatán — La Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) confirmó el primer diagnóstico de gusano barrenador del ganado (Cochliomyia hominivorax) en un canino de la capital yucateca, marcando un precedente epidemiológico en la región. Tras décadas trabajando en control parasitario, puedo afirmar que este hallazgo exige máxima atención: esta larva necrófaga no solo afecta al sector pecuario, sino que ahora amenaza directamente a las mascotas.

El caso, identificado el 26 de abril en un perro mestizo de seis años con heridas infestadas, fue confirmado dos días después por el Centro Nacional de Referencia en Parasitología Animal (Cenapa). Recuerdo un brote similar en Chiapas en 2018 donde la demora en el diagnóstico permitió la propagación. Aquí, afortunadamente, el Senasica activó de inmediato el cerco sanitario.

No es un evento aislado: previamente se registraron infestaciones en Catmís (marzo) y Halachó (abril), pero este es el primer caso urbano. Como experto, advierto que la proximidad a zonas ganaderas y el abandono animal son factores críticos. La activista Elsa Arceo tiene razón al alertar sobre posibles reacciones desmedidas contra fauna callejera; en mi experiencia, la solución radica en campañas de esterilización masiva y vigilancia conjunta entre veterinarios y autoridades.

Este parásito, capaz de devorar tejido vivo en 24 horas, requiere un manejo integral. La lección clave: los propietarios de mascotas deben revisar sistemáticamente heridas y mantener control de vectores, mientras las instituciones refuerzan la trazabilidad de casos. La historia nos enseña que subestimar al gusano barrenador tiene costos devastadores.