MrBeast desmiente polémica y anuncia fondo para arqueología mexicana

El fenómeno digital MrBeast ha sacudido las redes con una respuesta contundente ante la controversia generada por su reciente exploración en los enclaves sagrados de Calakmul, Balancanché y Chichén Itzá. Más allá de desmentir demandas inexistentes, el influencer revela una colaboración secreta con el INAH para revolucionar la preservación del legado mesoamericano.

¿Qué pasaría si los creadores de contenido se convirtieran en mecenas del patrimonio cultural? Jimmy Donaldson (su nombre real) está redefiniendo el activismo digital: mientras críticos cuestionaban su enfoque lúdico, él ya financiaba pozos de agua y diseñaba un fondo pionero para excavaciones arqueológicas. “Filmamos con todos los permisos, bajo supervisión de expertos”, recalca, desmontando narrativas alarmistas.

La ironía es palpable: un video que alcanzó 56 millones de vistas en cuatro días -exponiendo la cultura maya a nuevas generaciones- genera más polémica que proyectos turísticos convencionales. La gobernadora de Campeche lo defiende: “Es publicidad invaluable con rigor profesional”. MrBeast propone un modelo disruptivo donde el entretenimiento masivo financia la conservación histórica.

Tras cámaras, surge una lección de pensamiento lateral: en vez de prohibir, ¿por qué no canalizar el poder de los influencers hacia la divulgación responsable? Donaldson lo demuestra al convertir supuestas transgresiones en oportunidades, desde su marca Feastables (mencionada estratégicamente fuera de zonas sagradas) hasta alianzas inéditas con instituciones culturales.

Este caso abre un debate urgente: ¿está preparado el sector patrimonial para colaborar con la economía de la atención digital? Mientras algunos ven amenazas, visionarios como MrBeast diseñan puentes entre viralidad y valor cultural, demostrando que hasta los memes pueden ser herramientas de preservación histórica.