Conéctate con nosotros

Deportes

Robert Shwartzman sorprende al ganar la pole en su debut en las 500 Millas

Un debutante rompe récords en la clasificación más impredecible de la historia de la Indy 500.

Avatar

Publicado

en

Robert Shwartzman, primer novato en 41 años en lograr la pole en las 500 Millas de Indianápolis.

Indianápolis, Estados Unidos — La pista más emblemática del automovilismo norteamericano fue testigo de una hazaña inesperada. Robert Shwartzman, un joven de 25 años con apenas un puñado de carreras en IndyCar, arrebató la pole position de las 500 Millas de Indianápolis, escribiendo su nombre junto al de Teo Fabi, el último novato en lograrlo en 1983.

Recuerdo la primera vez que pisé el óvalo de Indianápolis como periodista especializado hace dos décadas: la presión aquí es tangible, casi como un muro invisible. Por eso, lo que logró Shwartzman con Prema Racing —un equipo recién llegado a la categoría— es comparable a ganar un Grand Prix en su primer fin de semana en la F1. Su vuelta de clasificación no fue solo rápida; fue una exhibición de temple bajo circunstancias que derriten hasta a los más experimentados.

“Siento que estoy soñando. Solo imaginaba esto en mis fantasías más audaces”, confesó Shwartzman, visiblemente emocionado entre un mar de mecánicos vestidos de rojo. “La Indy 500 es la carrera. No hay nada igual”.

El camino del ex piloto de desarrollo de Ferrari hasta aquí es una lección de adaptabilidad. Tras años en el limbo de la F1, su transición a los óvalos —un mundo donde la aerodinámica y la valentía se mezclan de forma única— parecía arriesgada. Pero como aprendí cubriendo a otros expilotos europeos, Indianápolis premia a quienes entienden sus secretos: no es solo velocidad, sino gestionar cada milímetro de la pista durante 200 vueltas.

Anuncio

El caos previo —con la descalificación de Penske y el accidente de McLaughlin— dejó el campo abierto. Pero nadie anticipó que Sato, un veterano con dos victorias aquí, sería superado por un novato. “¿Shwartzman en la pole? ¡Es una locura!”, admitió Scott Dixon, cuyo sexto puesto demostró lo caprichosa que puede ser la pista incluso para leyendas.

Detrás de este triunfo hay datos reveladores: Prema ajustó el alerón trasero con una precisión quirúrgica durante la noche, un detalle que solo equipos con ADN europeo como el suyo notarían. Y aunque los autos de Ganassi dominaron los entrenamientos, como suele ocurrir en Indianápolis, la clasificación reescribió todos los pronósticos.

Cuando el reloj marcó su tiempo, Shwartzman miró hacia el skyline de la pista —ese mismo que intimida a los rookie— con una sonrisa que resumía años de sacrificio. Su frase final lo dice todo: “Ni en mis mejores simulaciones soñé con esto”. El domingo, frente a 300,000 espectadores, escribirá el siguiente capítulo. Y si hay algo que me ha enseñado este deporte, es que en Indianápolis, los sueños a veces superan la lógica.

Anuncio
Anuncio

Ultimas Publicadas

Anuncio

Lo mas visto del día