Siete jóvenes masacrados en plaza de San Felipe por hombres armados

SAN FELIPE, Guanajuato. — La madrugada del lunes 19 de mayo de 2025 se convirtió en una herida abierta para la comunidad de San Bartolo de Berrios, donde siete jóvenes fueron ejecutados por sujetos armados en camionetas negras. El ataque, perpetrado con rifles de alto poder en la Plaza Principal, dejó un paisaje de horror: cuerpos inertes alrededor de un vehículo, casquillos esparcidos y manchas de sangre cerca del kiosco.

La policía municipal arribó al lugar tras una llamada al 911 reportando detonaciones. Entre las víctimas identificadas destacan los hermanos Tapia —hijos de un delegado local— y Miguel Juárez, cuyo nombre resonó en redes sociales donde la comunidad LGBTQ+ expresó su dolor. Vecinos relataron cómo los agresores irrumpieron en el pueblo, sembrando terror antes de huir.

Mientras peritos procesaban la escena, habitantes colocaron cruces de cal y veladoras sobre las manchas de sangre, transformando el espacio en un altar improvisado. Autoridades localizaron lonas con amenazas de grupos criminales, aunque su contenido no se hizo público. Operativos conjuntos entre Guardia Nacional y Ejército intentan dar con los responsables, en un municipio donde la sombra del crimen organizado crece.

El gobierno municipal condenó los hechos, pero la pregunta flota en el aire: ¿cuándo dejarán las plazas mexicanas de ser escenarios de violencia para recuperar su esencia como lugares de convivencia? Este crimen no solo arrebató vidas, sino que expuso la urgencia de replantear estrategias de seguridad desde raíces comunitarias.