La jueza niega prórroga a Aureoles en caso de desvío millonario

En un giro que nadie vio venir (o quizá todos), la honorable Jovita Vargas Alarcón, jueza Noveno de Distrito en Materia Penal, demostró que el sistema judicial mexicano sí sabe contar hasta cinco. Rechazó magnánimamente la súplica de Silvano Aureoles Conejo, exgobernador de Michoacán, quien pretendía que el plazo de cinco días para pagar una garantía de un millón de pesos se extendiera como si fuera la telenovela de su vida.

El experredista, acusado de haber jugado al Monopoly con tres mil millones de pesos destinados a cuarteles policiales, recurrió al clásico “juez, deme chance” mediante un recurso de revisión. Pero la magistrada, en un arrebato de coherencia inusual, recordó que las reglas del juego no son como las promesas electorales: se cumplen.

“No ha lugar a acordar dicha petición”, sentenció Vargas Alarcón en un acuerdo que, traducido al lenguaje coloquial, significa: “Señor Aureoles, aquí no somos Banorte para refinanciarle su deuda con la justicia”. La suspensión definitiva que lo mantiene libre (por ahora) sigue en pie, pero con el pequeño detalle de que debe cumplir las condiciones. ¡Vaya concepto revolucionario!

Mientras tanto, el Tribunal Colegiado revisará el caso, porque en México la justicia es como un tamal: hay que deshojarla capa por capa. Eso sí, la jueza dejó claro que el exmandatario no puede hacer como los narcocorridos y “evadir la acción de la justicia”. Al menos no sin pagar el cover de un millón.

Recordemos que Aureoles está acusado de convertir el erario público en su fondo de ahorro personal, especializándose en la construcción de cuarteles fantasma. La FGR, en un raro ataque de eficacia, ya tiene lista su orden de aprehensión para agosto. ¿Logrará el exgobernador pagar su fianza o inventará una nueva estrategia? El suspenso es casi tan dramático como su declaración patrimonial.