El Ejército controla tres incendios forestales en Veracruz con estrategia militar

XALAPA, Ver.—Detrás del humo que cubría los cielos de Veracruz, una pregunta persistía: ¿cómo lograron las fuerzas armadas detener el avance implacable del fuego? Fuentes castrenses revelaron a este medio que la aplicación del Plan DN-III-E, diseñado para emergencias, fue solo la punta del iceberg en una estrategia meticulosa.

Documentos obtenidos en exclusiva muestran que los incendios en Álamo —uno en Independencia y otro en Rancho Los Cuates— amenazaban con extenderse a zonas pobladas. “Usamos líneas de contrafuego y cortafuegos manuales, pero el viento cambiante complicaba todo”, admitió un soldado bajo condición de anonimato. ¿Por qué no se evacuó a la población? Autoridades locales aseguran que la contención fue tan rápida que no fue necesario, pero vecinos mencionan órdenes contradictorias.

En Tempoal, donde las llamas devoraron 6 hectáreas, la intervención del Batallón de Infantería evitó lo peor. Sin embargo, testimonios de brigadistas plantean dudas: “El fuego se reiniciaba en zonas donde ya lo habíamos sofocado”, confesó un voluntario de Protección Civil. ¿Falta de recursos o fallas en la coordinación?

Lo que oficialmente se describe como un éxito operativo esconde capas por descifrar: ¿eran estos incendios consecuencia de la sequía extrema o hubo negligencia humana? Mientras las autoridades celebran la rápida acción militar, expertos forestales advierten que, sin prevención, Veracruz seguirá en riesgo. La próxima vez, ¿bastará con el Plan DN-III-E?

Más allá del comunicado oficial, esta redacción descubrió que los mismos efectivos combaten incendios cada vez más frecuentes con equipos obsoletos. La verdadera historia no es cómo se apagaron las llamas, sino por qué siguen encendiéndose.