Tras abandonar Guadalajara como si fuera un ladrón en la noche, Fernando Gago, el estratega que prometía revolucionar el fútbol mexicano con su “estilo argentino” (léase: gritar mucho y perder más), ahora busca refugio en Necaxa. Su paso por Boca Juniors fue tan glorioso como un autogol en tiempo añadido: lo despidieron con pancartas y cánticos que, por primera vez, unían a hinchas de todos los colores.
Mientras tanto, en el reino del Necaxa, el técnico Nicolás Larcamón parece haber descubierto que dirigir a Cruz Azul es como heredar un Ferrari sin motor: bonito para la foto, pero imposible de mover. Así que el Rayo, fiel a su tradición de contratar lo que otros descartan, podría darle otra oportunidad a Gago para demostrar que, efectivamente, no aprendió nada.
El Clausura 2025 dejó claro que en Necaxa saben hacer magia: clasificaron a cuartos entre aplausos y luego fueron eliminados entre lágrimas y reclamos al árbitro. ¿Necesitarán a Gago para añadir más drama? Porque si de algo sabe el argentino, es de convertir vestuarios en telenovelas.
















