Exfuncionario de la UANL condenado por fraude millonario

La justicia finalmente alcanzó a José Gerardo de la Garza Garza, excoordinador de Planeación Financiera de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), sentenciado a cinco años de prisión y al pago de 8.6 millones de pesos por su participación en un intrincado esquema de desvío de recursos. ¿Pero qué más esconde este caso que vincula corrupción institucional con un homicidio aún sin resolver?

Documentos judiciales obtenidos por este medio revelan que el ahora condenado operaba junto a su hermano, Óscar Javier de la Garza —asesinado en 2023—, una red que utilizaba la imagen de la universidad para abrir cuentas fantasmas donde movieron 90 millones de pesos. “Firmaban contratos apócrifos con proveedores a cambio de comisiones”, confirma un fiscal bajo condición de anonimato.

La investigación expone un modus operandi audaz: los hermanos eludían los controles administrativos ofreciendo contrataciones irregulares a empresas, que luego quedaban con pagos impagos. “Nos entregaban órdenes de compra con sellos falsificados”, denuncia el representante de una de las compañías afectadas.

El crimen de Óscar Javier añade un giro siniestro. Fuentes cercanas al caso sugieren que su ejecución en la zona de Cumbres estaría ligada a deudas no honradas del dinero malhabido. ¿Fue el asesinato un ajuste de cuentas por el botín desaparecido? Las autoridades no descartan esta línea.

Llama la atención que, pese a las evidencias, la UANL solo presentó denuncia penal contra José Gerardo en abril de 2022, meses después de destituirlo. ¿Por qué la institución no actuó antes? Un informe interno filtrado a este medio señala fallas de supervisión en la Secretaría de Extensión y Cultura.

En el fallo del Juez Luis Hernández Meza, se determinó además una multa equivalente a 50 días de salario y la obligación de indemnizar a Comercializadora González Monge. La sentencia condicional que podría recibir el implicado queda sujeta a que no enfrente nuevos cargos, según resolvió el tribunal.

Este caso destapa no solo un fraude, sino una red de complicidades que permanece bajo sombras. ¿Cuántos más estuvieron involucrados? ¿Qué otros contratos irregulares siguen sin investigarse? Las víctimas exigen respuestas, mientras la UANL promete “fortalecer sus mecanismos de transparencia”. Una promesa que, hasta ahora, suena a eco de escándalos pasados.