La épica cruzada de Sheinbaum para sanar México con abrazos y burocracia

En un acto que mezcla el realismo mágico con la contabilidad creativa, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció su “tercera gira salvadora” por la República, esta vez dedicada a convertir el sistema de salud en “el mejor del mundo” (según sus cálculos, aprobados por el departamento de fantasía institucional). El escenario: Ixtapaluca, donde el programa estrella promete diagnosticar males sociales con la misma eficacia con que un horóscopo predice el futuro.

“Si aquí funciona, donde el caos urbano y la negligencia bailan tango, funcionará en todo el país”, declaró la mandataria, omitiendo mencionar que “funcionar” en el léxico gubernamental significa “aparecer en un informe anual con gráficas de colores”. El plan, según sus palabras, incluye tres ejes revolucionarios: 1) fingir que los sanos están sanos, 2) detectar enfermedades antes de que los pacientes mueran (opcional), y 3) culpar al neoliberalismo si algo sale mal.

Mientras tanto, el IMSS Bienestar —esa entidad mitológica que todos citan pero nadie ha visto— fue presentado como el “motor territorial” del proyecto. Su director, Alejandro Svarch, juró que detectarán padecimientos “antes de que sean graves”, aunque la audiencia sospecha que se refería a antes de que los pacientes protesten en redes sociales.

La cereza del pastel burocrático: el censo de 8.5 millones de adultos mayores visitados por “facilitadores de salud” (término elegante para empleados temporales con termómetros y folletos). “Es histórico”, exclamó Ariadna Montiel, secretaria de Bienestar, mientras evitaba mencionar que “histórico” es el nuevo eufemismo para presupuesto desaparecido.

La gobernadora Delfina Gómez, en un arrebato de originalidad, elogió la “calidez” de Sheinbaum, misma que no logra derretir los termómetros rotos en centros de salud. El evento concluyó con una ovación a los profesionales médicos —los mismos que siguen esperando suministros básicos— y la promesa de que La Muestra Viaja (nombre que sugiere una banda de rock, pero es solo otro programa con logotipo) llevará “laboratorios gratuitos” a donde sea que haya votos.

Y así, entre selfies y discursos, México se curará por arte de magia… o al menos hasta las próximas elecciones.