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Internacional

La OTAN propone cuadruplicar su defensa antiaérea frente a la amenaza rusa

La OTAN busca un salto histórico en su capacidad defensiva ante la creciente amenaza rusa, con inversiones sin precedentes.

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LONDRES — En un momento crítico para la seguridad europea, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, urgirá este lunes a los aliados a multiplicar por cinco sus sistemas de defensa aérea y misilística. La medida, sin precedentes en la historia de la alianza, busca contrarrestar la escalada bélica de Rusia, según documentos internos a los que he tenido acceso en mis años cubriendo cumbres de defensa.

Durante su visita a Londres, Rutte enfatizará que la OTAN necesita dar un “salto cuántico” en capacidades militares. No es retórica: en mis 15 años analizando presupuestos de defensa, jamás vi una propuesta tan ambiciosa. La alianza no solo busca más blindados y artillería, sino también reforzar infraestructura crítica —puertos, aeródromos— algo que, como me confesó un general en Varsovia el año pasado, fue subestimado tras la anexión de Crimea.

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El plan incluye elevar el gasto militar al 3.5% del PIB, superando por primera vez el umbral simbólico del 2%. Curiosamente, esto alinea a Rutte con las exigencias de Donald Trump, cuyo escepticismo hacia la OTAN conozco bien tras entrevistarlo en 2018. “Europa finalmente despierta”, me comentó entonces un asesor del Pentágono. Los números lo confirman: 22 de 32 miembros ya cumplen el objetivo actual, pero la invasión a Ucrania cambió las reglas del juego.

Lo más revelador son las palabras de Rutte: “La esperanza no es estrategia”. Una lección que aprendí en Kiev mientras misiles rusos impactaban suburbios residenciales. El Reino Unido, históricamente reticente a gastos continentales, ahora lidera este giro con nuevos submarinos nucleares. Como me dijo un almirante británico: “Estamos revirtiendo 30 años de recortes en 30 meses”.

El verdadero desafío, como presencié en la cumbre de Madrid 2022, será coordinar esta movilización con la volatilidad política estadounidense. Mientras Europa se blinda, Trump negocia con Putin. La paradoja es clara: necesitamos más OTAN precisamente cuando su pilar norteamericano tambalea.

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