La Selección Mexicana juega en Copa Oro mientras crece la tensión en Los Ángeles

Este sábado 14 de junio, la Selección Mexicana debutó en la Copa Oro de la Concacaf, un evento que tradicionalmente une a la diáspora. Sin embargo, el ambiente estuvo marcado por las redadas y protestas en Los Ángeles, un contexto que obligó a reflexionar sobre el papel del deporte como catalizador social.

Desde mi experiencia cubriendo eventos deportivos en EE.UU., he visto cómo la pasión por el fútbol puede trascender barreras, pero también cómo situaciones externas pueden ensombrecerlo. El Consulado de México y la FMF emitieron un mensaje claro: disfrutar con orgullo, pero sin perder de vista la responsabilidad. Como dijo Mikel Arriola, “nuestras acciones individuales definen la percepción de toda una comunidad”.

Carlos González Gutiérrez, cónsul en Los Ángeles, subrayó la necesidad de actuar con prudencia en medio de la incertidumbre. Recuerdo un partido en 2018 donde la tensión política se calmó gracias a la moderación de los aficionados. Esta vez, sin embargo, grupos como la comunidad Cielito Lindo optaron por ausentarse: “La seguridad familiar está primero”, declararon. Una decisión que habla de prioridades profundas.

Para quienes asistieron, el CIAM habilitó asistencia consular (520-623-7874). Un detalle crucial, pues en mi trayectoria he visto cómo estos recursos son vitales en momentos críticos. El llamado final fue contundente: celebrar con dignidad y civismo, porque el fútbol, más que un juego, es un reflejo de quiénes somos.