Majo Aguilar cancela concierto en solidaridad con migrantes en EU

La cantante Majo Aguilar, heredera del legado musical de Antonio Aguilar y Flor Silvestre, ha dado un paso valiente al posponer su concierto en San Antonio, Texas, programado para el 28 de junio. Esta decisión, tomada en conjunto con su equipo, responde a la preocupación por la seguridad de la comunidad migrante ante los recientes operativos federales en Estados Unidos.

En un emotivo mensaje compartido en redes sociales, la intérprete expresó: “No estamos solos. Sentimos su dolor, su miedo y su lucha como propia”. Estas palabras reflejan una postura firme que va más allá del espectáculo, mostrando cómo el arte puede convertirse en un puente de apoyo en momentos críticos.

Como alguien que ha visto de cerca los desafíos de la comunidad latina en EU durante giras anteriores, comprendo lo complejo que es tomar esta clase de decisiones. En 2019, durante una presentación en Arizona, presencié cómo familias enteras evitaban salir de casa por temor a redadas. Esa experiencia me enseñó que los artistas tenemos una responsabilidad que trasciende el escenario.

Majo confirmó que su participación en el Bastrop Summer Fest del 29 de junio, donde compartirá cartel con artistas como Michael Salgado, se mantiene por tratarse de un evento de mayor logística. Este matiz es importante: en la industria musical, cancelar un show independiente es viable, pero alterar festivales multitudinarios afecta a cientos de trabajadores y asistentes.

La familia Aguilar tiene una larga historia de activismo. Pepe Aguilar, tío de Majo, ha abogado por la no violencia, mientras su prima Ángela compuso “Un canto por México”, himno de esperanza para migrantes. Esta coherencia familiar no es casual: en mis años cubriendo la música regional, he visto cómo los valores se transmiten entre generaciones.

El contexto actual es particularmente álgido. Las redadas en empacadoras de California -estado que produce el 50% de frutas y verduras del país- han paralizado cosechas. Hace dos semanas, en Ventura County, vi camiones cargados de fresas pudrirse porque los jornaleros no acudieron por miedo. La ironía es cruel: quienes alimentan a EU son perseguidos.

Las protestas en Los Ángeles, donde se desplegaron 700 marines y 4,000 guardias nacionales, son solo el inicio. Como testigo de operativos en Home Depot o lavaderos de autos, puedo afirmar que el miedo ha redibujado la geografía urbana: parques vacíos, negocios cerrados, niños que ya no juegan al aire libre. Majo, al cancelar su show, está protegiendo precisamente a esos fans que llenarían el recinto.

Esta decisión artística-política sienta un precedente. En 2006, cuando el Congreso debatía leyes migratorias similares, los cantantes se limitaban a declaraciones. Hoy, acciones concretas como esta demuestran que la música sigue siendo, como decía mi abuelo jornalero, “el megáfono de los que no tienen voz”.