Gimnasta denuncia relación abusiva con Alejandro Sanz

Lo que comenzó como un sueño adolescente se convirtió en una pesadilla para Ivet Playà, la gimnasta catalana que expuso públicamente su relación con Alejandro Sanz. En un testimonio viral, reveló cómo el idilio con su ídolo derivó en una dinámica de manipulación y abuso de poder.

El lado oscuro de la admiración

Playà describe un patrón alarmante: un artista consagrado aprovechándose de la vulnerabilidad emocional de una fan adolescente. “Era su seguidora, y él lo sabía”, afirma. La asimetría de poder —ella con 18 años, él con 49— plantea preguntas incómodas sobre los límites éticos en las relaciones entre celebridades y fans.

Redes sociales: arma de doble filo

Las plataformas digitales facilitaron el acercamiento. Sanz inició el contacto mediante mensajes privados y comentarios públicos, estrategia que Ivet interpretó como genuino interés. Hoy lo ve como táctica de grooming: “Jugó con mis ilusiones para controlarme”, denuncia.

Cuando el sueño se convierte en trampa

La relación escaló hasta incluir encuentros sexuales y un traslado a Madrid, donde trabajó para el cantante. Playà relata vigilancia constante y sensación de estar atrapada: “Me usó y luego me descartó”. Su testimonio cuestiona la cultura del silencio que protege a las figuras públicas.

El precio de romper el silencio

Al decidir hablar, Ivet desafía un sistema que normaliza estos abusos. Su caso refleja un problema estructural: cómo la fama distorsiona las relaciones humanas y crea impunidad. “Él cree estar por encima del bien y del mal”, sentencia, exigiendo responsabilidad moral más que legal.