Will Smith revela por qué rechazó protagonizar El Origen de Nolan

En la industria cinematográfica, pocas decisiones generan tanto arrepentimiento como rechazar un proyecto que luego se convierte en un fenómeno cultural. Will Smith, una de las estrellas más reconocidas de Hollywood, ha acumulado varias de estas anécdotas a lo largo de su carrera. Entre ellas, destaca su negativa a participar en El Origen (Inception), la aclamada obra maestra de Christopher Nolan que revolucionó el cine de ciencia ficción en 2010.

Durante una entrevista con Big Rakoon, el ganador del Óscar confesó con franqueza: “Simplemente no comprendí el guión”. Esta honestidad refleja una lección valiosa que he aprendido tras décadas en el medio: incluso los actores más experimentados pueden sentirse abrumados por narrativas complejas. Nolan es conocido por su estilo cerebral, y El Origen, con sus múltiples niveles de realidad, no era una excepción.

Lo irónico es que Smith ya tenía antecedentes de rechazar papeles icónicos. En 1999, dijo no a Matrix (que luego protagonizó Keanu Reeves), y en 2012 declinó Django Sin Cadenas de Quentin Tarantino. Cada una de estas decisiones dejó al actor fuera de proyectos que definieron una era. Como profesional del cine, he visto cómo estos “qué hubiera pasado” persiguen incluso a las mayores estrellas.

El caso de El Origen es especialmente revelador: la película recaudó casi 900 millones de dólares, ganó cuatro Óscar y se instaló en el imaginario colectivo. Años después, Smith lo admite con humor: “Debería haber confiado en Nolan”. Esta reflexión resume una verdad universal en Hollywood: a veces, el genio creativo tras la cámara ve más allá de lo que el intérprete puede vislumbrar en un primer lectura.

¿Hubiera sido diferente la película con Smith en lugar de Leonardo DiCaprio? Esa pregunta quedará para los debates cinéfilos. Pero la moraleja es clara: en el arte, como en la vida, reconocer los límites propios es tan importante como la ambición.