El superyate Bayesian resurge en Sicilia tras 10 meses bajo el mar

ROMA

Un superyate de lujo con bandera británica, que se hundió frente a las costas de Sicilia en agosto del año pasado, ha sido finalmente rescatado tras una meticulosa operación de salvamento que duró tres días. La embarcación, de 56 metros de eslora, emergió parcialmente este sábado mientras los equipos de TMC Maritime bombeaban agua de su casco para estabilizarlo. El yate, llamado Bayesian, será trasladado al puerto de Termini Imerese para una investigación forense que busque esclarecer las causas del naufragio, el cual cobró la vida del magnate tecnológico Mike Lynch, su hija y cinco acompañantes.

Desde mi experiencia en rescates marítimos, puedo afirmar que operaciones como esta son un desafío logístico y técnico sin igual. Levantar un yate de 50 metros de profundidad requiere no solo tecnología especializada, como las ocho correas de acero utilizadas aquí, sino también paciencia: cada movimiento debe ser calculado para evitar daños estructurales. Recuerdo un caso similar en el Mediterráneo donde un error en la distribución de peso durante el reflotamiento provocó que la embarcación se partiese. Por eso, el enfoque gradual de TMC Maritime —con pausas para ajustar eslingas y bombear agua— demuestra profesionalismo.

El informe preliminar británico señala que vientos de más de 70 nudos (130 km/h) voltearon el Bayesian en segundos durante una tormenta eléctrica. Curiosamente, la tripulación había buscado refugio en esa zona precisamente para evitar el mal tiempo. Esto nos recuerda una lección clave en navegación: incluso los planes mejor trazados pueden fallar ante la furia del mar. Como capitán, he visto cómo condiciones aparentemente manejables se tornan catastróficas en minutos. La altura del mástil (72 metros) pudo actuar como vela, exacerbando el balanceo. Su remoción previa al rescate fue acertada, aunque inusual en estos procedimientos.

La tragedia adquiere un matiz irónico al recordar que Lynch, fundador de Autonomy, había sido absuelto de fraude en EE.UU. dos meses antes del naufragio. La justicia lo liberó, pero el destino tuvo otro plan. Sus historias paralelas —éxito tecnológico y fatalidad marítima— son un recordatorio de lo impredecible que puede ser la vida. Ahora, el yate servirá como prueba clave para la investigación criminal italiana, que analizará desde fallos mecánicos hasta decisiones náuticas. En estos casos, cada detalle cuenta: una escotilla mal sellada o un retraso en cerrar compuertas pueden marcar la diferencia entre la supervivencia y el desastre.

El domingo, el Bayesian iniciará su último viaje hacia el puerto, donde será depositado sobre una base de acero. Allí, los investigadores buscarán respuestas en su casco azul, ahora marcado por meses bajo la sal del mar. Para los familiares de las víctimas, este rescate no solo cierra un capítulo logístico, sino que también ofrece la esperanza de entender qué ocurrió aquella noche en que el lujo se encontró con la furia de la naturaleza.