Irán condiciona el alto al fuego a la paralización de los ataques israelíes

En un giro revelador, el ministro de Exteriores iraní, Abbas Araghchi, desmintió categóricamente la existencia de cualquier acuerdo de cese de hostilidades en un mensaje publicado en X. “Por ahora no hay ‘acuerdo’ de ningún alto al fuego”, declaró, dejando en claro que la República Islámica mantendrá su postura ofensiva mientras Israel continúe lo que califica como “agresión ilegal”.

¿Qué hay detrás de esta escalada? Fuentes cercanas al gobierno de Teherán revelaron que la decisión final sobre detener las operaciones militares aún está pendiente, sugiriendo que podrían existir negociaciones en curso no divulgadas. Mientras tanto, la Fuerza Aérea israelí persistió en sus bombardeos sobre objetivos estratégicos en territorio iraní, incluso después del ultimátum emitido por Araghchi.

Un funcionario de la Casa Blanca, bajo condición de anonimato, confirmó que el presidente estadounidense Donald Trump intermedió en las conversaciones entre ambos países. Sin embargo, documentos filtrados a este medio plantean dudas: ¿realmente Israel aceptó el alto al fuego, o se trata de una estrategia para ganar tiempo? Testigos en la región reportaron movimientos de tropas iraníes cerca de la frontera con Irak horas después del anuncio.

Lo que comenzó como un conflicto bilateral ahora involucra a múltiples actores globales. Analistas consultados advierten que, si las hostilidades continúan, podrían desencadenar una crisis regional sin precedentes. La pregunta clave sigue sin respuesta: ¿quién dará el primer paso hacia la desescalada?

Mientras las declaraciones públicas muestran firmeza, fuentes diplomáticas europeas sugieren que ambos bandos evalúan opciones encubiertas para evitar una guerra total. El reloj sigue corriendo, y el mundo observa con preocupación cada movimiento en este peligroso tablero geopolítico.