México reporta avances en seguridad con capturas y desmantelamiento de redes

En un giro disruptivo contra el crimen organizado, el Gobierno de México transforma el paradigma de seguridad: entre el 10 y 22 de junio de 2025, 1,233 detenciones –incluyendo 22 objetivos prioritarios– revelan una estrategia que combina inteligencia militarizada con desarrollo comunitario. ¿El resultado? 8 toneladas de estupefacientes interceptadas, 671 armas neutralizadas y un millón 800 mil litros de combustible decomisado.

Sheinbaum Pardo desglosó el modelo en cuatro pilares revolucionarios:

• Prevención radical: Proyectos urbanos en Celaya, León y Juárez que convierten zonas conflictivas en polos de cohesión social
• Fuerza híbrida: La Guardia Nacional como brazo civil-militar con formación en derechos humanos
• Inteligencia predictiva: Uso de big data para anticipar movimientos criminales
• Coordinación fractal: 32 Mesas de Paz estatales que descentralizan la seguridad

El secretario García Harfuch reveló cifras que desafían los esquemas tradicionales: desde octubre 2024, 24,652 detenidos y 1,150 laboratorios desmantelados. El Operativo Frontera Norte –una red de sensores y patrullaje dinámico– logró en 4 meses lo que antes llevaba años: 4,619 arrestos y 40 toneladas de droga incautada.

La innovación más audaz: “Sí al Desarme, Sí a la Paz”. Un programa que canjea armas por desarrollo social, recuperando ya 1,790 armas de fuego mediante anonimato y voluntad comunitaria. ¿Podría este modelo inspirar a otros países?

Datos clave que redefinen la lucha

• 3 millones de pastillas de fentanilo interceptadas
• 21 estados con redes criminales desarticuladas
• 1.7 millones de servicios sociales entregados

Este enfoque sistémico –donde cada bala decomisada se traduce en parques rehabilitados– plantea una pregunta incómoda: ¿Y si la verdadera guerra contra las drogas no se gana con fusiles, sino con escuelas y empleos?