Los Polos de Bienestar prometen reactivar la economía con inversión y empleos

La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo reveló los detalles de los Polos de Bienestar, un proyecto clave dentro del Plan México diseñado para atraer capital nacional y extranjero. Durante su conferencia matutina en Palacio Nacional, la mandataria enfatizó que estas zonas combinarán desarrollo industrial con vivienda y servicios integrales, evitando el crecimiento urbano desordenado. Pero, ¿qué hay detrás de este ambicioso plan?

Según documentos oficiales, los polos priorizarán condiciones ambientales, energéticas y de infraestructura. Sin embargo, fuentes cercanas al proyecto cuestionan si los plazos anunciados—como la instalación de empresas para agosto—son realistas. “Es un calendario agresivo”, admitió un funcionario bajo condición de anonimato. “Los procesos de licitación suelen demorarse meses”.

El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, confirmó que 15 ubicaciones ya fueron seleccionadas, desde Seybaplaya en Campeche hasta Hermosillo en Sonora. Cada una tendrá enfoques distintos: Tuxpan (Veracruz) se especializará en petroquímica, mientras Altamira (Tamaulipas) aprovechará sus 1,600 hectáreas portuarias. Pero expertos consultados señalan riesgos: “La sobreoferta de polos podría diluir los recursos”, advirtió el economista Rodrigo Fernández.

En el Estado de México, la gobernadora Delfina Gómez prometió 4,500 empleos y 800 millones de pesos en Nezahualcóyotl. No obstante, registros históricos muestran que proyectos similares en la región han enfrentado retrasos por conflictos de tierra. ¿Aprenderán esta vez de los errores pasados?

Lo más revelador surgió de testimonios no públicos: un borrador de la SE obtenido por este medio sugiere que solo 8 de los 15 polos tienen estudios de viabilidad completos. Mientras los gobernadores firman cartas de intención, las dudas persisten: ¿Estamos ante un modelo transformador o una repetición de esquemas fallidos? La respuesta comenzará a develarse en agosto, cuando las primeras empresas deban instalarse—o incumplir el cronograma prometido.