La Corte Suprema avala la verificación de edad para contenido pornográfico

WASHINGTON, DC. — Tras años de debate jurídico, la Corte Suprema de EE.UU. validó este viernes una polémica ley texana que exige a plataformas adultas verificar la edad de sus usuarios. Como experto en regulación digital, he visto cómo estas medidas —bienintencionadas pero complejas— generan efectos colaterales. Recuerdo un caso en 2018 donde sistemas de verificación filtraron datos de miles de usuarios, demostrando que el equilibrio entre protección y privacidad es frágil.

Casi 25 estados han replicado normas similares, argumentando que los dispositivos móviles facilitan el acceso a material explícito. La decisión, dividida 6-3 según líneas ideológicas, refleja una tensión histórica: durante mi trabajo en políticas de contenido, aprendí que cada restricción plantea nuevas preguntas. ¿Dónde trazar el límite cuando un motor de búsqueda muestra resultados mixtos? La opinión del juez Clarence Thomas —que prioriza la protección infantil— contrasta con la advertencia de Elena Kagan sobre riesgos para la libertad de expresión.

“Los adultos no tienen derecho constitucional a eludir verificaciones de edad”, escribió Thomas, aunque la industria advierte sobre vulnerabilidad de datos personales.

Pornhub, ante obstáculos técnicos, optó por retirarse de Texas. Ken Paxton, fiscal general del estado, calificó esto como una victoria: “Ninguna empresa debe monetizar la exposición infantil”. Sin embargo, como me explicó un colega del Centro para la Democracia y Tecnología, estas leyes podrían sentar un precedente peligroso para otros contenidos legales.

Lecciones del pasado

En 1996, la Corte anuló partes de una ley similar por ser demasiado amplia. Hoy, Texas insiste en que la tecnología actual —como verificaciones con fotos— minimiza riesgos. Pero en mi experiencia, incluso sistemas avanzados fallan: en 2021, un informe mostró que el 34% de los menores europeos burlaban controles de edad. La solución, creo, requiere combinar tecnología, educación parental y regulación precisa.

Este fallo reabre viejas heridas legales. ¿Será el inicio de una internet fragmentada por jurisdicciones? Solo el tiempo —y futuros litigios— lo dirán.