Los polos de desarrollo que salvarán a México por enésima vez

En un acto de fe digno de los grandes evangelistas del progreso, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció con bombos y platillos los 15 Polos de Desarrollo Económico para el Bienestar (Podecobis), una solución mágica que, según prometen, resolverá el desempleo, la inversión extranjera y hasta el tráfico de la Ciudad de México. Todo ello con la modesta inversión del 1.5% del PIB y la generación de 300 mil empleos, cifras tan exactas que solo pueden provenir de la misma varita mágica que solucionó la pobreza en sexenios anteriores.

“Ordenaremos el caos”, declaró Sheinbaum, mientras firmaba una Carta de Intención (documento sagrado que, como todos sabemos, garantiza el cumplimiento de lo prometido). Los gobernadores asintieron con devoción, sabiendo que sus nombres quedarían grabados en la historia junto a otros grandes proyectos fallidos como el Tren Maya o la Refinería Dos Bocas.

Los polos, distribuidos estratégicamente en 14 estados, incluirán desde clusters industriales hasta zonas turísticas, porque nada dice “desarrollo integral” como un resort de lujo junto a una maquiladora. “Habrá escuelas y hospitales”, prometieron, aunque omitieron mencionar si estarán terminados o seguirán el modelo de obra pública tradicional: eternamente en construcción.

El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, aseguró que estos polos fomentarán la prosperidad compartida, un concepto tan vago como “trickle-down economics” pero con mejor marketing. Entre los beneficios fiscales destacan deducciones inmediatas para empresas, porque si algo necesita el país son más estímulos a los que ya tienen capital y menos impuestos para los que no.

La cereza del pastel: las adjudicaciones comenzarán en agosto, justo a tiempo para que, cuando el próximo gobierno tome posesión, pueda heredar otro proyecto inconcluso. Mientras tanto, los mexicanos podrán consolarse con la certeza de que, una vez más, sus líderes han encontrado la fórmula infalible para el desarrollo. ¿Les suena familiar?

Epílogo: La rueda del progreso sigue girando

Campeche, Chihuahua, Durango y otros 11 estados se preparan para recibir su dosis de esperanza industrial. Los empleos prometidos —tan reales como el unicornio que adorna el logo del plan— llegarán algún día. Mientras tanto, el país puede dormir tranquilo: el desarrollo ordenado está en camino… otra vez.