Sheinbaum exige a la Corte fallar sobre deuda fiscal de Grupo Salinas

En un movimiento sin precedentes, el gobierno federal liderado por la presidenta Claudia Sheinbaum ha intensificado su postura contra el Grupo Salinas, exigiendo a la Suprema Corte de Justicia que resuelva 32 litigios pendientes, los cuales acumulan una deuda fiscal de 74 mil millones de pesos. Durante la conferencia matutina, Sheinbaum destacó que estos casos llevan 16 años en disputa, urgiendo a los ministros en funciones a emitir un fallo antes del 1 de septiembre, cuando asumirá la nueva integración del máximo tribunal.

Conocí casos similares durante mi carrera en derecho fiscal: corporativos que dilatan procesos mediante recursos interpuestos en cadena. Sheinbaum expuso cómo las empresas de Ricardo Salinas Pliego han utilizado esta táctica para evadir obligaciones tributarias. “Interponen amparos ante cualquier instancia posible —me comentó un colega del SAT—, convirtiendo el proceso en un laberinto jurídico”. La Procuradora Fiscal Grisel Galeano reveló que tres expedientes prioritarios, por 26 mil millones de pesos, están listos para votación en el pleno.

La mandataria vinculó estos adeudos con las críticas de TV Azteca a la reforma judicial: “No es coincidencia —afirmó—. Cuando ejercí como secretaria de gobierno, vi cómo presiones mediáticas buscaban influir en decisiones fiscales”. Grupo Salinas respondió denunciando “acoso sistemático”, alegando que los cobros son duplicados y responden a déficits heredados. Sin embargo, expertos consultados coinciden: la estrategia de postergar juicios fiscales es recurrente en conglomerados, pero pocas veces se documenta públicamente con este nivel de detalle.

El mensaje es claro: esta administración no permitirá que los litigios se eternicen. Como testigo de cómo casos emblemáticos pierden vigencia por cambios en la Corte, valoro la advertencia de Sheinbaum: “Los nuevos ministros podrían resolverlo —dijo—, pero prefiero que lo hagan los actuales, conocedores del historial”. Un riesgo calculado, pues si la Corte falla a favor del fisco, sentaría un precedente para otros deudores estratégicos.