Puebla exhibe su podio macabro con cadáveres como trofeos federales

En un gesto de generosidad cartográfica, los artistas del crimen organizado decidieron decorar la carretera federal Tehuacán-Orizaba con su última colección otoñal: “Fragmentos de humanidad en estado puro”. La exposición, compuesta por un número indeterminado de obras (los críticos debaten entre ocho y “ya perdimos la cuenta”), fue instalada estratégicamente en Azumbilla, porque nada dice unidad nacional como un cadáver a caballo entre dos estados.

Las autoridades, conmovidas por el patriotismo forense de los ciudadanos que reportaron el hallazgo, respondieron con su performance habitual: acordonar la zona mientras deciden si los muertos son suficientes para merecer un comunicado de prensa o solo un tuit con faltas de ortografía.

Este festival cultural se enmarca en la vibrante temporada violenta de Puebla, donde la semana pasada se presentaron: “El automóvil sorpresa” (un vehículo con regalo incluido en Coronango) y la exitosa gira “Cuatro cuerpos buscando identidad” en Tecali y la capital. No es extraño: el estado ocupa el bronce en el medallero del horror, solo superado por Sinaloa (oro en creatividad criminal) y Guanajuato (plata en producción en masa).

Mientras tanto, Querétaro y Yucatán siguen siendo esos alumnos aplicados que estropean la curva estadística, con sus bochornosos uno y dos crímenes respectivamente. ¡Qué falta de ambición! ¿Acaso no saben que en México se premia la productividad?