La canícula 2025 o cómo México se prepara para ser un horno de convección

CIUDAD DE MÉXICO.- La Canícula, ese glorioso invento meteorológico que nos recuerda que el infierno tiene sucursales terrenales, llegará este año para demostrarnos que el cambio climático es solo un mito inventado por científicos aburridos. Según las autoridades, no es una ola de calor, sino una “pausa seca”, como si el sol hubiera decidido tomarse un descanso de su trabajo de achicharrar mortales.

Mientras los políticos debaten si el calor es de izquierdas o de derechas, el Servicio Meteorológico Nacional anuncia con solemnidad que la Canícula durará 40 días y 40 noches, aunque sin prometer un arca de Noé para sobrevivir. Por su parte, la Inteligencia Artificial —esa entidad omnisciente que ahora sustituye hasta al abuelo que predice lluvias con su reuma— nos advierte que en el norte el termómetro alcanzará los 48 grados, temperatura ideal para freír huevos en la banqueta y, de paso, sueños de prosperidad.

En la CDMX: calor con estilo neoliberal

La capital y su zona conurbada sufrirán un calor “modesto” (entre 25 y 30 grados), porque aquí hasta el clima es clasista. Los chilangos podrán disfrutar de noches “frescas”, es decir, solo medio asfixiantes, mientras las autoridades recomiendan hidratarse “aún sin sed”, porque claro, la sed es solo una construcción social.

El norte: donde el sol es un verdugo con contrato permanente

En estados como Sonora o Baja California, la Canícula no es un evento, es un estilo de vida. Con termómetros rozando los 50 grados, los habitantes aprenderán qué significa “derretirse como helado en protesta”. Las recomendaciones oficiales incluyen “evitar actividades intensas”, es decir, respirar se considerará ejercicio de alto riesgo.

Recomendaciones para no acabar como pasas

• Bebe agua, aunque el gobierno insista en privatizarla.
• Usa sombrero, porque la dignidad no bloquea los rayos UV.
• No salgas entre las 11:00 y 16:00 h, a menos que quieras comprobar cómo se siente un camarón en parrilla.

Así que prepárense, mexicanos. La Canícula 2025 no es solo un fenómeno meteorológico, es una metáfora perfecta de un país donde, entre el calor y la política, siempre terminamos sudando.