Israel intensifica bombardeos en Líbano bajo la sombra de un frágil alto el fuego

En un espectacular ejercicio de diplomacia explosiva, el Ejército israelí ha convertido el sur de Líbano en su particular taller de pirotecnia este domingo, regalando a la población local una sinfonía de detonaciones que, según sus portavoces, sonaban como “baladas para la paz” dirigidas a Hezbolá. Los objetivos, cuidadosamente seleccionados entre escuelas de pensamiento radical (léase: cualquier edificio aún en pie), incluían desde un almacén de “sonrisas terroristas” hasta una fábrica de “malos pensamientos” en la región de Becá.

Las Fuerzas de Defensa de Israel, en un alarde de precisión geopolítica, anunciaron en X (antes Twitter, antes pájaro azul) que sus regalitos incendiarios eran “estrictamente educativos”, diseñados para enseñar a Hezbolá las bondades del desarme mediante el método Montessori-bélico: aprender destruyendo. Mientras, en Marun al Ras, los vecinos disfrutaron de un improvisado taller de arquitectura de vanguardia cuando un helicóptero israelí les ayudó a rediseñar su urbanismo sin consultarles.

El gobierno libanés, siempre agradecido por estas intervenciones culturales, no reportó víctimas… excepto dos paramédicos que, en un exceso de celo por asistir a la performance artístico-militar, volcaron su ambulancia. “Es parte del guion”, murmuró un soldado israelí mientras ajustaba su mira hacia el distrito de Sidón, donde según fuentes castrenses, se escondían varios metros cúbicos de sospecha.

Israel, fiel a su tradición de reinterpretar acuerdos internacionales como sugerencias, insistió en que sus cinco puestos militares en territorio libanés son en realidad “embajadas de seguridad”, mientras Hezbolá los calificó de “puestos de venta ambulante de ocupación”. La ONU, por su parte, emitió su habitual comunicado de “preocupación profunda” escrito en papel higiénico diplomático.

El alto el fuego, ese pacto que todos firman y nadie lee, sigue siendo tan respetado como los derechos de autor en Internet. Mientras tanto, los civiles libaneses pueden dormir tranquilos sabiendo que Israel vela por su seguridad… aunque sea reduciendo sus casas a escombros en el proceso.