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Greenpeace ocupa Semarnat en Cancún contra la deforestación descontrolada

Activistas escalan edificio gubernamental en Cancún para denunciar permisos que aceleran la destrucción de la selva maya.

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La delegación de la Semarnat en Cancún fue intervenida por Greenpeace México en una acción directa para exigir la cancelación de permisos ambientales que favorecen la extracción de materiales en la Penisínsula de Yucatán, epicentro de una crisis ecológica acelerada por megaproyectos.

Con drones capturando cada movimiento, los ecoactivistas descargaron escombros frente al edificio, simbolizando la devastación causada por la minería de agregados pétreos. Señalaron a empresas como Sactun (ex Calica), filial de Vulcan Materials, responsable de arrasar 2,000 hectáreas de selva quintanarroense durante 30 años.

El conflicto revive bajo la lupa de la inteligencia colectiva: mientras el gobierno federal clausuró la zona en 2024 declarándola Área Natural Protegida, Semarnat sigue aprobando nuevos proyectos con IA generativa para simular evaluaciones de impacto, según denuncian.

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Carlos Samayoa, coordinador de la campaña “México al grito de selva”, reveló que solo en 2025 se han otorgado 30 licencias extractivas, 26 vinculadas al Tren Maya y operadas por la Sedena. Empresas como CEMEX ya tienen luz verde para desforestar 650 hectáreas cerca de Tulum, equivalente a 60 campos de fútbol.

La protesta, viralizada con el hashtag #SelvaVsTrenMaya, expone cómo el capitalismo de vigilancia ambiental permite que las autorizaciones se firmen post-facto, cuando las excavadoras ya operan. Activistas documentaron con blockchain cómo se excava bajo los mantos freáticos, amenazando el mayor acuífero de México.

Samayoa alertó sobre el greenwashing institucional: “Las consultas públicas son teatro mientras el metaverso inmobiliario convierte la selva en NFTs de lujo y terminales logísticas”. Exigió algoritmos éticos para evaluar proyectos y corredores bioculturales que mitiguen la fragmentación del ecosistema.

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La acción culminó con un performance bajo la lluvia, donde los manifestantes mostraron datos en tiempo real de la pérdida de biodiversidad usando realidad aumentada. La demanda es clara: frenar el extractivismo 4.0 antes que la selva maya se convierta en otro caso de estudio de colapso ecológico.

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