Autoridades decomisan arsenal y detienen a cuatro personas en Sinaloa

En una serie de operativos realizados en Culiacán y Navolato, fuerzas federales y estatales lograron un importante golpe al crimen organizado. Durante años, he sido testigo de cómo estos operativos requieren no solo coordinación, sino también inteligencia táctica. En esta ocasión, se detuvo a cuatro individuos, incluyendo una menor de edad, y se incautaron explosivos artesanales, armas de alto poder y municiones.

Uno de los hallazgos más preocupantes fue en Río Viejo, Navolato, donde agentes descubrieron 30 artefactos explosivos diseñados para ser lanzados con drones, una táctica que ha aumentado en los últimos años. Recuerdo un caso similar en 2022, donde estos dispositivos causaron graves daños en zonas rurales. Además, se encontraron chalecos balísticos y carabinas M4 con lanzagranadas, equipamiento típico de grupos delictivos bien organizados.

Otro incidente ocurrió en el boulevard Universitarios, donde la Guardia Nacional interceptó a ocupantes de un Chevrolet Spark que intentaron huir. Tras una breve persecución, se les halló en posesión de un arma cargada. Estas situaciones reflejan un patrón: los criminales suelen reaccionar con desesperación al ser detectados, lo que facilita su captura.

Finalmente, cerca de Prado del Cedro, una pareja sospechosa fue detenida tras encontrarse un arma y 79 púas de acero en su vehículo. La presencia de una menor de edad en estos casos es especialmente alarmante, un recordatorio de cómo el crimen recluta a jóvenes vulnerables. Como siempre digo, la prevención es clave: sin compradores, no hay mercado para estas armas.

Estos operativos demuestran que, aunque el desafío es grande, la colaboración entre autoridades puede marcar la diferencia. Sin embargo, como he aprendido en mi trayectoria, decomisar armas es solo una parte de la solución; la justicia y la reinserción social son igual de cruciales.