Conéctate con nosotros

Internacional

Los hutíes convierten el Mar Rojo en su parque de atracciones bélico

La tensión en el Mar Rojo escala mientras los hutíes desafían al comercio global con ataques audaces.

Avatar

Publicado

en

Los hutíes convierten el Mar Rojo en su parque de atracciones bélico

DUBÁI, Emiratos Árabes Unidos — En un espectáculo que combina lo peor de Piratas del Caribe con un reality show geopolítico, los rebeldes hutíes han inaugurado su última atracción: el “Carnaval del Caos en Alta Mar”, donde los buques de carga son los patitos de feria y los drones hacen las veces de tiros certeros. Este martes, el Eternity C —un barco que, irónicamente, no vivirá para ver la eternidad— se convirtió en el blanco perfecto para demostrar que en Yemen, la “hospitalidad” incluye granadas propulsadas por cohetes.

Las autoridades marítimas, siempre tan comedidas, describieron el evento como un “ataque continuo”, aunque cualquier espectador neutral lo reconocería como un performance de arte abstracto: pequeños botes zigzagueantes, explosiones coreografiadas y, como toque final, dos heridos y dos desaparecidos para añadir dramatismo. La Operación Atalanta de la UE, que suele patrullar estas aguas con la eficacia de un guardia de museo dormido, confirmó que los hutíes siguen sin firmar sus obras, pero todos saben quién es el artista.

No contentos con hundir el Magic Seas el domingo —un acto que los rebeldes celebraron como si fuera el estreno de su propia película de acción—, los hutíes han decidido que el Mar Rojo es su parque temático privado. Las reglas son simples: si tu barco lleva bandera de Liberia o huele a capitalismo griego, mejor reza. O, como sugieren los expertos, contrata un seguro que cubra “ataques de milicianos con complejo de superhéroe”.

Anuncio

Mientras tanto, el gobierno yemení en el exilio, desde sus cómodas suites en Riad, emite comunicados con la misma utilidad que un paraguas en un huracán. Occidente, por su parte, alterna entre “profunda preocupación” y “bombardeos selectivos”, un ciclo tan predecible como los créditos de una telenovela. Y en medio del caos, el comercio global sigue su curso, porque nada detiene al capitalismo… excepto, quizá, unos cuantos misiles bien colocados.

Lo más hilarante —si el humor negro es lo suyo— es la narrativa hutí: “Defendemos Gaza” gritan mientras disparan a un carguero de cereales. Una causa noble, sin duda, aunque uno no puede evitar preguntarse si confundieron el mapa y creyeron que el Canal de Suez era un puesto avanzado de Tel Aviv. Eso, o simplemente descubrieron que hundir barcos da más likes en las redes sociales que las arengas políticas.

El epílogo lo escriben los números: 100 buques atacados, dos hundidos, y un billón de dólares en mercancías retenidas. Los hutíes, modestos como son, no piden un Nobel de la Paz, pero sí un Óscar por “Mejor Dirección en un Conflicto Absurdo”. Y el mundo, atónito, sigue comprando palomitas.

Anuncio
Anuncio

Ultimas Publicadas

Anuncio

Lo mas visto del día