El Gabinete de Seguridad federal, ese selecto club de funcionarios que reparten medallas por tapar el sol con un dedo, anunció con orgullo que, desde que la presidenta Claudia Sheinbaum llegó al poder, han logrado confiscar 70 millones de litros de huachicol. Sí, la misma cantidad que probablemente se robaron mientras ellos preparaban el comunicado de prensa.
En un video que parece más un infomercial que un informe serio, celebraron como hazaña histórica el decomiso de 15 millones de litros en Coahuila. ¿La estrategia? Esperar a que los ladrones llenaran 129 carrotanques para luego aparecer como héroes. Eficiencia pura, o puro teatro.
Mientras tanto, la presidenta, en su papel de directora de una tragicomedia, juró que no protegerá a funcionarios corruptos. Claro, porque en este país los delincuentes con corbata siempre terminan tras las rejas… o mejor dicho, detrás de otro escritorio más grande.
El mensaje final: el robo de hidrocarburos será erradicado con unidad y discreción, dos palabras que en el diccionario político significan “hasta que aparezca el próximo escándalo”.
 
				 
															 
								 
															












