Aranceles de EE.UU. a México alcanzan 14.24% efectivo según análisis

En mis años analizando las tensiones comerciales entre México y Estados Unidos, he visto cómo las amenazas arancelarias suelen ser más ruido que realidad. El reciente análisis de Banco Base confirma este patrón: aunque Donald Trump anunció tarifas del 30% a las importaciones mexicanas, el arancel efectivo promedio se sitúa en 14.24%, muy por debajo de lo amenazado.

Recuerdo claramente durante las renegociaciones del TLCAN (ahora T-MEC) cómo las posturas iniciales extremas rara vez se materializaban. Los datos actuales muestran que sólo el 16.08% de los envíos mexicanos pagaron aranceles en mayo, por un monto de 2,009 millones de dólares. Esto contrasta con la narrativa política agresiva, confirmando lo que aprendí en la crisis del 2008: los mercados suelen ajustarse a realidades más pragmáticas.

El verdadero daño, como he visto repetidamente, está en la incertidumbre. Cada anuncio disruptivo congela inversiones y frena decisiones comerciales. Mientras analizaba empresas exportadoras la semana pasada, varios directivos me compartieron cómo han tenido que mantener inventarios adicionales “por si acaso”, aumentando sus costos operativos.

Un dato revelador: Canadá, nuestro socio en el T-MEC, sólo pagó 567 millones en aranceles, con una tasa efectiva del 1.88%. Esto refuerza mi convicción de que, más allá de los números, lo crucial es mantener canales diplomáticos abiertos y preparar planes de contingencia realistas, no reaccionar a cada titular alarmista.

La lección clave que comparto con mis alumnos: en comercio internacional, hay que distinguir entre retórica política y datos duros. Los últimos meses confirman que, aunque los aranceles hacen ruido, las cadenas de suministro bien establecidas tienen más resiliencia de lo que parece.