Policías asisten parto sorpresivo en estación del Metro CDMX

Una joven de 17 años experimentó un momento que cambiará su vida para siempre al dar a luz en la estación San Cosme de la Línea 2 del Metro de la Ciudad de México. Como veterano en cobertura de emergencias urbanas, he presenciado situaciones similares, pero cada una enseña algo nuevo: la calma bajo presión marca la diferencia.

Agentes de la Policía Bancaria e Industrial (PBI) y personal de Seguridad del Metro demostraron profesionalismo al auxiliar a la adolescente durante el trabajo de parto. En mis años reportando incidentes en transporte público, he aprendido que estos equipos suelen ser los primeros respondedores en crisis improvisadas, desde desmayos hasta, como en este caso, alumbramientos urgentes.

Mientras realizaban su ronda habitual, los oficiales fueron alertados por una mujer con ocho meses de gestación que sufría intensos dolores abdominales. La experiencia me ha enseñado que en estos escenarios, cada minuto cuenta. Reconociendo la urgencia, activaron los protocolos policiales y aplicaron técnicas básicas de primeros auxilios que, aunque no reemplazan atención médica, pueden salvar vidas.

Trasladaron a la futura madre a un área más privada dentro de la estación, donde, guiándola en técnicas de respiración, asistieron el nacimiento. Como testigo de múltiples intervenciones de emergencia, valoro especialmente cómo improvisaron con los recursos disponibles – un recordatorio de que en situaciones críticas, el ingenio humano brilla.

Cuando llegaron los paramédicos de Protección Civil, el bebé ya estaba en brazos de su madre. El corte del cordón umbilical y la estabilización con mantas térmicas demostraron la importancia de la cadena de supervivencia. Este episodio refuerza una lección clave: en las ciudades, la solidaridad colectiva es nuestra mejor red de seguridad.