Sheinbaum demanda al abogado de Ovidio Guzmán por difamación

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha tomado una decisión contundente al anunciar una demanda por difamación contra Jeffrey Lichtman, el representante legal de Ovidio Guzmán. “Hay límites que no pueden traspasarse”, declaró la mandataria, refiriéndose a las graves acusaciones del litigante, quien tildó al gobierno mexicano de “corrupto” y comparó a Sheinbaum con “portavoz de cárteles”. Estas declaraciones surgieron durante la audiencia judicial en Chicago donde Guzmán, alias “El Ratón”, admitió su culpabilidad por narcotráfico.

Este enfrentamiento no es nuevo. Desde que se confirmó el acuerdo judicial entre Guzmán y EE.UU. el 1 de julio, la tensión ha ido en aumento. Sheinbaum cuestionó la postura estadounidense: “¿Cómo calificó Trump a los cárteles mexicanos? Como organizaciones terroristas. ¿Y ahora negocian con ellos?”. La presidenta recordó el costo humano de la captura de Guzmán en 2023 —10 militares mexicanos fallecidos— exigiendo mayor coordinación binacional.

Lichtman respondió el viernes, calificando de “ridículo” que México participe en decisiones judiciales estadounidenses, especialmente tras el caso Cienfuegos. El exsecretario de Defensa, arrestado en 2020 por narcotráfico en Los Ángeles, fue exonerado en México e incluso condecorado. Sheinbaum defendió esta semana la inocencia de Cienfuegos, atribuyendo su caso a “montajes de la DEA”.

Este episodio revela las grietas en la cooperación antidrogas entre ambos países. Como testigo de décadas de esta compleja relación, puedo afirmar que estos choques reflejan intereses geopolíticos más profundos. La experiencia muestra que las acusaciones públicas rara vez resuelven conflictos; más bien, exigen diplomacia silenciosa y pruebas irrefutables. El camino judicial que ha emprendido Sheinbaum podría marcar un precedente, pero también alimentar nuevas tensiones.