Militares descubren laboratorios clandestinos con toneladas de químicos en Sinaloa

En una serie de operativos encubiertos, las fuerzas federales desmantelaron dos centros de procesamiento de drogas en los municipios de Culiacán y Cósala, exponiendo una red logística que abastece al narcotráfico. ¿Cómo operaban estos sitios y quiénes están detrás? Las autoridades aseguraron mil litros de ácido muriático, acetona, sosa cáustica y sodio en escamas, materiales clave para la fabricación de estupefacientes.

En Cósala, los militares hallaron tres mezcladoras industriales y cilindros de gas, evidenciando un sistema de producción a gran escala. Pero lo más inquietante surgió en un segundo operativo: 70 kilos de marihuana, incinerados en el acto, plantean preguntas sobre la ruta de distribución. ¿Era este un punto de tránsito o un laboratorio activo?

Mientras tanto, en una comunidad rural de Culiacán, otro depósito reveló 400 kilos de sosa cáustica y hidróxido de sodio, sustancias corrosivas usadas para “cocinar” metanfetaminas. Fuentes de la Fiscalía confirmaron que los químicos fueron enviados a análisis forenses, pero ¿qué conexiones existen entre estos lugares? Testigos anónimos sugieren que los carteles diversifican sus escondites para evadir controles.

Este hallazgo no solo exhibe la sofisticación del crimen organizado, sino que revela un patrón preocupante: la infiltración en zonas rurales, donde la vigilancia es escasa. Las carpetas de investigación abiertas podrían desentrañar una red mayor, pero queda una pregunta sin respuesta: ¿cuántos sitios como estos permanecen ocultos?