El Toluca enfrenta una prueba de fuego con siete partidos en 24 días

En mi larga trayectoria siguiendo el fútbol mexicano, pocas veces he visto un calendario tan exigente como el que enfrenta el Toluca en este inicio de temporada. Un partido cada tres días y medio no es solo un dato estadístico; es un desafío físico y mental que pondrá a prueba la profundidad de su plantilla y la estrategia de Antonio Mohamed.

Tras un debut victorioso en el Apertura 2025 ante Necaxa, los Diablos Rojos se preparan para visitar a Santos en la jornada 2. Este encuentro marca el inicio de una maratónica secuencia de siete compromisos en apenas 24 días, incluyendo duelos clave como el reencuentro con América en el Campeón de Campeones en California. Recuerdo cómo en temporadas pasadas, equipos con agendas similares terminaron pagando caro el desgaste en la fase final.

Mohamed, astuto como siempre, ya planea rotaciones. Nicolás Castro, uno de los refuerzos estrella, podría tener su oportunidad desde el inicio contra Santos. Su comentario sobre no subestimar al rival refleja una lección que aprendí años atrás: en el fútbol mexicano, ningún equipo es fácil, especialmente al inicio de torneo cuando las tablas aún no se definen.

La verdadera prueba llegará después: Tigres en el Universitario y luego tres partidos consecutivos en la Leagues Cup. En mi experiencia, son estos torneos internacionales los que mejor miden la profundidad de un equipo. El Toluca tendrá que administrar energías como si fuera un maratón, no un sprint. ¿Podrá el campeón mantener su ritmo? El tiempo lo dirá, pero una cosa es segura: este mes definirá su temporada.