La kiss cam de Coldplay revela una incómoda situación en concierto

Durante el recital de Coldplay en Boston, la icónica kiss cam captó un instante que dejó al público boquiabierto. La cámara, que suele mostrar a parejas compartiendo un beso, enfocó esta vez a un hombre y una mujer cuyo gesto de incomodidad fue inmediato. Como veterano en la cobertura de eventos musicales, he visto de todo, pero pocas veces una reacción tan elocuente: él se esfumó de la pantalla, y ella ocultó el rostro entre las manos.

Chris Martin, siempre ocurrente, no pudo evitar reaccionar. “¡O tienen un romance secreto o son los más tímidos del estadio!”, bromeó el líder de la banda, generando carcajadas. Sin embargo, lo que comenzó como un chiste liviano escaló rápidamente en redes. Horas después, usuarios de TikTok identificaron a los involucrados como Andy Byron y Kristin Cabot, ejecutivos de una misma empresa y, según sus perfiles públicos, casados con otras personas.

El escándalo tomó vuelo propio. En mis años reportando sobre famosos, he aprendido que las cámaras nunca mienten, pero el contexto sí puede ser traicionero. Las críticas llovieron sobre la supuesta infidelidad, mientras la esposa de Byron desactivaba sus redes. Un comentario en X resumía el sentir de muchos: “Coldplay no solo dio un concierto, sino un reality show no planeado”.

¿Fue un malentendido o una revelación incómoda? La lección aquí es clara: en la era digital, hasta los gestos más fugaces pueden convertirse en evidencia pública. Y como bien sabe cualquier asistente a conciertos, cuando la kiss cam apunta, más vale estar preparado para el zoom social.