En un giro irónico digno de una tragicomedia, la dueña de Andares Travel & Tours, Yamileth, descubrió que su viaje más corto sería el traslado a una celda. La Fiscalía de Nuevo León, en un acto de justicia poética, allanó su negocio en la colonia Ciudad Ideal (nombre que ahora parece una burla cruel para sus clientes estafados).

El operativo, más concurrido que un vuelo cancelado, incluyó a la Agencia Estatal de Investigaciones y al Instituto de Criminalística, quienes encontraron lo único que la empresa sí entregaba a tiempo: documentos falsos y promesas incumplidas.

Las víctimas, ilusos creyentes en el “todo incluido”, aprendieron por las malas que el único destino garantizado era el fraude. La agencia, especializada en viajes virtuales (pues nunca concretaban), vendía paquetes turísticos con la misma honestidad que un político en campaña.

Entre los objetos asegurados destacan tres laptops (probablemente usadas para inventar reseñas falsas), teléfonos celulares (para esquivar clientes enfadados) y una libreta con anotaciones que seguramente decían: “Reembolsar nunca, posponer siempre”.

La Fiscalía confirmó lo obvio: Yamileth había perfeccionado el arte de vender humo, condenando a sus clientes a un eterno “próximamente” mientras ella viajaba directo al banco. El único tour que cumplió fue el peregrinaje de siete denuncias hasta su detención.