Ganaderos de Nuevo León blindan la región contra el gusano barrenador

Tras la alarma generada en junio por la posible llegada del gusano barrenador del ganado a Nuevo León, la Unión Ganadera Regional confirmó que, hasta ahora, no se han detectado casos en la entidad. Como veterano en el sector, he visto cómo estas crisis exigen acción coordinada: los controles sanitarios implementados por el Gobierno del Estado en los corredores pecuarios han sido clave, pero la batalla no termina aquí.

Durante una reunión informativa, Noel Ramírez Mejía, líder de la organización, destacó la efectividad de los filtros para reses provenientes de otras zonas del país. “En mis 20 años de experiencia —compartió—, jamás habíamos tenido una contención tan rápida”. No obstante, advirtió que el riesgo persiste: “Esta plaga, que afecta a mamíferos de sangre caliente, puede devastar hatos enteros en semanas. Por eso insistimos en reforzar las medidas de Senasica“.

La capacitación sigue siendo el arma principal. Los talleres para identificar síntomas tempranos —como heridas con larvas— y aplicar cuarentenas preventivas han evitado tragedias. “Recuerdo un brote en Coahuila en 2018 —relató Ramírez— donde la detección tardía costó millones. Hoy, nuestros productores saben que un solo animal infectado pone en jaque a toda la región”.

El llamado es claro: las autoridades no deben relajar los protocolos. “La vigilancia en fronteras estatales y la trazabilidad del ganado son vitales —enfatizó—. Solo así mantendremos a Nuevo León libre de esta amenaza silenciosa”.