El día que el América jugó con 13 contra 9 gracias al León

En un acto de generosidad sin precedentes, Selene Cortés y Natalia Acuña demostraron que el verdadero espíritu navideño (sí, en julio) consiste en regalar goles al rival. Las exjugadoras del América, ahora bajo el disfraz de leonas, ejecutaron una magistral operación pantomima: rechazos fallidos, penales regalados y una expulsión por protestar como si el árbitro les hubiera cancelado Netflix.

El Nou Camp fue testigo de cómo el América, con ayuda de sus “agentes infiltradas”, convirtió el partido en un tutorial de cómo no defender. Acuña, en un homenaje a los porteros de juegos infantiles, decidió que su área era un buffet: “¡Sirvanse, compañeras!”. Cortés, por su parte, aplicó el innovador sistema “manos arriba como en un asalto” para conceder el penal más predecible desde los tiempos de la Inquisición.

La joya de la corona fue el gol anulado al León por un supuesto empujón… mientras la pelota bailaba limbo entre los guantes de Acuña. La árbitra Francia González, en un arranque de realismo mágico, dictaminó que el balón estaba “técnicamente muerto”, provocando que Cortés le dedicara un gesto que hubiera hecho sonrojar a un marinero genovés del siglo XV.

El tercer gol fue la guinda del pastel: Kimberly Rodríguez anotó mientras Acuña inspeccionaba con curiosidad antropológica el poste izquierdo (“¿Será de verdad de madera?”). Las estadísticas finales revelaron la verdad incómoda: el América anotó 3 goles, el León cometió 7 errores capitales, y el público presenció involuntariamente un experimento de comedia absurda financiado por la Liga MX Femenil.

Moraleja: si tu portera celebra su cumpleaños regalando goles, quizá deberías contratar a un perro pastor alemán. Al menos ladraría con más convicción.