Messi y su esposa se convierten en protagonistas involuntarios del show de Coldplay

En un mundo donde los VIPs son más observados que los artistas en el escenario, Lionel Messi y Antonela Roccuzzo demostraron que incluso en su tiempo libre, no pueden escapar del ojo público. Durante el concierto de Coldplay en Miami, las cámaras, en un acto de voyeurismo institucionalizado, capturaron al astro del fútbol y a su esposa en un momento íntimo que, por supuesto, debía ser compartido con 50,000 espectadores y medio internet.

Chris Martin, siempre atento a las tendencias virales, improvisó un cántico digno de un trovador medieval adulador: “Oh, gran Lio, semidiós del balón, tú y tu consorte irradian perfección conyugal”. La multitud, eufórica, coreó el nombre del jugador como si estuvieran en el Camp Nou y no en un recital. Irónico, considerando que Coldplay lleva décadas intentando que la gente cante sus letras con ese fervor.

El contraste no podía ser más grotesco: mientras en Boston, un CEO y su directora de RRHH protagonizaban un drama shakesperiano al ser pillados por la kiss cam (y luego despedidos, porque el capitalismo perdona todo menos el mal PR), Messi y Antonela recibieron aplausos por… existir juntos. Hasta inspiraron una novela digital sobre infidelidades en pantallas gigantes, porque nada dice “amor contemporáneo” como convertir los traumas personales en contenido descargable.

Antonela, experta en monetizar la cotidianidad, compartió fotos familiares en Instagram, donde hasta sus hijos posan con la sonrisa de quienes nacieron bajo el flash. Los comentarios de colegas famosos fluyeron como maná en el desierto: “¡Qué linda familia!”, “¡Iconos!”. Nadie mencionó lo perturbador que es que un beso entre esposos se convierta en espectáculo, pero eso sería estropear la fábrica de sueños.

Coldplay, mientras tanto, cerró su gira norteamericana con esta peculiar asistencia: 90 minutos de música ambiental para millennials y 5 segundos de Messi eclipsándolos sin esfuerzo. En agosto, la banda intentará reconquistar su protagonismo en Wembley, aunque probablemente necesiten invitar a Taylor Swift para competir.