El gusano que devora fronteras y carnes humanas

En un giro tragicómico que Jonathan Swift hubiera envidado, la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas exigió al Gobierno mexicano cerrar las fronteras… al ganado extranjero. Sí, mientras seres humanos son devorados vivos por el gusano barrenador, los verdaderos damnificados parecen ser las reses importadas. ¡Prioridades del capitalismo parasitario!

El Sinave, en su boletín epidemiológico, reveló que 33 ciudadanos (31 en Chiapas y dos en Campeche) albergan ahora larvas invitadas que festejan banquete epidérmico. De estos, tres siguen hospitalizados, cinco reciben tratamiento ambulatorio y 24 fueron “devueltos a la vida normal”, aunque quizá con nuevos agujeros de experiencia existencial.

La nota macabra la puso una octogenaria campechana, dada de alta por mejoría pero que falleció por carcinoma. Ironía suprema: escapó de ser comida por gusanos para sucumbir a células caníbales. Mientras, dos nuevos casos se suman al festín larvario, demostrando que en México, hasta las plagas tienen crecimiento económico.

¿El verdadero barrenador? Un sistema donde la salud pública es tan perforada como la piel de los infectados, mientras los ganaderos claman por murallas zoosanitarias. ¡Bienvenidos al México surrealista, donde las fronteras importan más que las carnes nacionales… humanas, claro.