La polémica de Sydney Sweeney que cuestiona los límites de la publicidad

¿Puede un simple eslogan publicitario revelar las grietas de nuestra sociedad? La actriz Sydney Sweeney se convirtió en el epicentro de una tormenta mediática tras protagonizar una campaña de American Eagle, donde el juego de palabras “great jeans” (vaqueros/genética) desencadenó acusaciones de racismo y eugenesia. Pero más allá de la polémica superficial, este incidente expone una pregunta incómoda: ¿la moda sigue siendo cómplice de ideales de belleza excluyentes?

La discusión escaló cuando Chumel Torres intervino con una provocativa reflexión: “La sororidad se acaba cuando eres bonita, delgada o blanca“. Su comentario, lejos de apaciguar las aguas, encendió un debate sobre la hipocresía en los movimientos sociales. ¿Es posible defender la inclusión mientras se juzga a alguien por su fenotipo? Torres, sin saberlo, puso el dedo en la llaga de un conflicto mayor: la lucha por la igualdad no debería convertirse en una jerarquía de opresiones.

Mientras algunos usuarios defendían que la campaña era inocente, otros señalaban el peligro de normalizar mensajes subliminales. Este caso demuestra cómo los códigos culturales se filtran en la publicidad, convirtiendo prendas de vestir en banderas ideológicas. La verdadera innovación no estaría en censurar, sino en rediseñar la industria para que celebre la diversidad sin caer en tokenismos. ¿Estamos listos para una moda que realmente hable el lenguaje de la equidad?