La guerra del botón que desató el caos en el reality de famosos

En un giro que nadie (excepto los productores del programa) vio venir, Ninel Conde y Alexis Ayala inauguraron el primer capítulo sangriento de La Casa de los Famosos México, demostrando que incluso en un juego de apretar botones puede desatarse el Apocalipsis.

Todo comenzó cuando los ilustres habitantes de esta jaula dorada participaban en la prueba “alarmados“, un sofisticado ejercicio donde adultos deben competir por… mantener un dedo sobre un dispositivo electrónico. Ayala, en un arrebato de heroísmo televisivo, cometió el imperdonable crimen de gritar “¡quítate!” a una compañera. Acto que, según las leyes no escritas del reality, equivale a declarar la Tercera Guerra Mundial.

Ninel Conde, conocida como “el Bombón que estalla“, no tardó en señalar el incidente como “violencia de género en estado puro“. “¡Es el principio del fin!”, declaró, mientras ajustaba su corona de activismo de reality. “Primero es un ‘quítate’, luego vienen los misiles nucleares”.

El actor, veterano en sobreactuar tanto en telenovelas como en disculpas públicas, intentó calmar las aguas: “Fue el calor del momento… y del rating“. Pero ya era tarde. La máquina del drama prefabricado se había puesto en marcha, alimentada por tuits indignados y memes oportunistas.

Los teóricos del programa sugieren que este conflicto es en realidad la continuación de una batalla épica iniciada cuando Ayala insinuó que algunos participantes “solo vinieron a maquillarse“. Una afrenta que, en el microcosmos reality, equivale a negar la redondez de la Tierra.

Mientras tanto, Facundo, el estratega en jefe de la casa, ya planeaba su próximo movimiento: “¡Nominación sorpresa!“. Porque en este circo moderno, la mejor forma de resolver conflictos es eliminando al contrincante… literalmente.

Así, entre gritos editados y miradas dramáticas, el reality cumple su verdadero propósito: demostrar que incluso los famosos, cuando se les encierra juntos, se comportan como adolescentes con falta de WiFi.