Madre e hija rescatan perro en techo y la viralidad revela nuestra hipocresía colectiva

En un mundo donde los valores familiares se reducen a discursos políticos y posts en redes, una mujer y su hija cometieron el insólito error de practicarlos. Sí, en pleno siglo XXI, cuando lo normal es filmar desgracias ajenas para ganar likes, esta dupla prefirió convertir el altruismo en contenido trending.

La escena era digna de un reality show moral: un canino aterrorizado en un techo (probablemente preguntándose cómo llegó allí mientras la civilización humana grababa el episodio con sus teléfonos). La niña, atada con una cuerda como si escalara el Everest canino, demostró más cordura que muchos adultos al rescatar al animal sin antes consultar si era rentable para su marca personal.

Lo verdaderamente hilarante fue la reacción digital. Cuatrocientas mil personas aplaudieron el video mientras mascaban su tercera hamburguesa de origen animal. “¡Qué bonito enseñar empatía!”, escribió un usuario cuyo perfil mostraba selfies en un circo con elefantes encadenados. La ironía hubiera hecho llorar de risa a Swift.

Este circo mediático revela nuestra esquizofrenia colectiva: adoramos los gestos humanitarios en TikTok, pero normalizamos que refugios animales operen con migajas. Celebramos la compasión viral mientras ignoramos los miles de perros sacrificados semanalmente. Quizá el verdadero rescate deba ser el nuestro: de esta adicción a aplaudir valores que ya no practicamos.