El genial plan contra la inflación imprimir dinero y rezar

En un alarde de creatividad sin precedentes, el Ministerio de Economía desveló hoy su revolucionaria estrategia para erradicar la inflación: inundar el país con billetes recién salidos de la imprenta mientras se fijan los precios con cinta adhesiva industrial. “La escasez de dinero es claramente el problema”, declaró el ministro, mientras firmaba un decreto que obliga a los ciudadanos a transportar sus salarios en carretillas.

Los tecnócratas aguafiestas -esa secta oscurantista que insiste en estudiar “economía básica”- han señalado el pequeño detalle de que imprimir moneda sin respaldo podría convertir el peso en papel higiénico de lujo. “¡Qué sabrán estos elitistas!”, replicó el vocero gubernamental, revelando la segunda fase del plan: sustituir los billetes por vales de compra ilustrados con memes oficiales.

Mientras tanto, en un gesto de solidaridad ejemplar, los supermercados exhibirán carteles con el eslogan “Congelados como sus ahorros”, acompañados de fotografías del presidente sonriendo junto a una nevera llena de billetes helados. La ciudadanía, conmovida por tanta sabiduría económica, ha comenzado espontáneamente a quemar libros de texto de macroeconomía en hogueras festivas.

Críticos malintencionados señalan que el último país que aplicó esta receta ahora usa su moneda como material para origami turístico. Pero, ¿acaso no es preferible vivir en un país donde todos somos millonarios, aunque sea nominalmente? Como dice el nuevo himno nacional: “Inflación hoy, hiperinflación mañana, pero el pueblo feliz contando ceros”.