DiCaprio descubre que ni el Oscar lo salva del ritual burocrático español

En un glorioso ejemplo de igualdad ante la ley, la policía española demostró que ni los dioses de Hollywood escapan a su sagrado deber: registrar bolsillos con la meticulosidad de un arqueólogo catalogando tesoros incas. Leonardo DiCaprio, quien alguna vez creyó que su Oscar le garantizaba inmunidad diplomática, fue sometido al ritual ibicenco de “¿lleva usted algo ilegal… además de su edad en esa relación?”

Según testigos, el actor —acompañado por su novia, una joven lo suficientemente madura para ser su… bueno, mejor no— fue interceptado por agentes que, en un acto de justicia poética, ignoraron por completo su filmografía. “¿Documentación?”, preguntaron, como si El lobo de Wall Street fuera un pasaporte válido. Las imágenes, dignas de un sketch surrealista, muestran a DiCaprio vaciando obedientemente sus bolsillos, quizá esperando que su Premio de la Academia sirviera como identificación.

Ibiza, ese paraíso fiscal donde lo único más vigilado que el narcotráfico es el dress code de las discotecas, añadió así otro capítulo a su épica lucha contra el crimen… o al menos contra las carteras de los famosos. Mientras los agentes revisaban si el actor escondía algo más comprometedor que su última película, uno se pregunta: ¿no habría sido más útil pedirle autógrafos para venderlos en eBay y así financiar las comisarías?