Beyoncé gana su primer Emmy con un espectáculo que rompió récords

En un giro irónico digno de los dioses del Olimpo televisivo, Beyoncé Knowles-Carter ha logrado lo impensable: conquistar un Primetime Emmy por vestir botas de cowboy en pleno partido de fútbol americano. Así es, queridos mortales, mientras el común de los terrícolas discute si el offside es o no es, la diva ha convertido un partido entre los Baltimore Ravens y los Houston Texans en su personal Woodstock con temática western.

El galardón, otorgado en la categoría más glamurosa de la noche (“Vestuario destacado para programación donde nadie sabe si es real o un sueño febril”), reconoce el mérito de disfrazar a 27 millones de espectadores de vaqueros digitales durante su Beyoncé Bowl. Un logro que comparte con su ejército de estilistas, porque en el reino de la Reina B, hasta los alfileres tienen su propio séquito.

El espectáculo, grabado en Houston (porque Texas obviamente necesitaba más cowboy), sirvió de trampolín para su álbum Cowboy Carter, demostrando que en la era del streaming, hasta un placaje puede convertirse en coreografía si lo iluminas con suficiente LED. Según CNN, el evento arrasó récords, confirmando que el público prefiere mil veces ver a Beyoncé montando un toro mecánico que entender las reglas de la NFL.

Este Emmy técnico —decidido por un comité secreto que seguramente tuvo que firmar un NDA antes de votar— acerca a la artista al codiciado EGOT. Solo le faltan el Oscar (por su documental donde revela que es un androide) y el Tony (por su futuro musical “Las luces de Broadway son solo mis reflectores secundarios”). Mientras tanto, sigue en carrera por otros dos Emmy, porque en Hollywood hasta los trofeos tienen secuelas.

La ceremonia principal de los Emmy se celebrará el 14 de septiembre, fecha en la que, si la historia sirve de guía, Beyoncé anunciará su nueva faceta como diseñadora de trajes espaciales para la NASA. Porque cuando has ganado todo lo imaginable, solo queda vestir a los marcianos.