Los Bartlett y el misterioso caso de las cuentas que nunca existieron

En un giro digno de realismo mágico burocrático, el Gabinete de Seguridad de México declaró solemnemente que León Manuel Bartlett Álvarez y su cómplice doméstica, Julia Abdalá Lemus, figuran en la lista de “personas que definitivamente no están en ninguna lista”. Una hazaña administrativa que solo podría lograrse en un país donde la transparencia es tan etérea como el humo de un discurso político.

El escándalo estalló cuando el periodista Salvador García Soto cometió el error de publicar datos verificables en su columna, revelando que los Bartlett habían sido notificados del congelamiento de sus cuentas por órdenes de la CNBV. Naturalmente, las autoridades respondieron como siempre: negando la realidad hasta que esta se rinda por cansancio.

Mientras tanto, los afectados —que juran no estar afectados— recorren despachos de abogados con la urgencia de quien busca un salvavidas en medio de un naufragio… que tampoco existe, según versión oficial. La UIF, en su papel habitual de magos del dinero fantasma, insiste en que todo es un malentendido. ¿O será un “buenentendido” entre amigos del poder?

Así, México añade otro capítulo a su enciclopedia de ficciones financieras, donde los recursos públicos siempre aparecen… hasta que alguien los busca.